DONNARUMMA: LA DESILUSIÓN MÁS GRANDE - Reportaje.

A veces, ser frío es bueno, porque demuestra tu manera de actuar ante cierta situación. Gianluigi Donnarumma, técnicamente, ya no es un jugador del Milan, a pesar de que su contrato vence el 30 de junio de 2018.

Las señales de los últimos días fueron nebulosas y vacilantes, donde hacía pensar en un desenlace positivo, mientras que otras veces, prevalecía el pesimismo . Al final, resultó ser este el camino, imponiéndose la decisión del jugador, incluso antes que la de su agente. Sí, porque, hace unos días, en el Hotel Monte Carlo Bay, en reunión familiar: Raiola, Gianluigi Alfonso y el padre de Gigio, decidieron terminar la relación con el Milan. La decisión que tras una larga reunión, todos tomaron, conduciendo a la última palabra. En Milán y el resto del planeta rossoneri, se recordará siempre el simbólico beso de Donnarumma al escudo, en el Juventus Stadium en los últimos días. Gesto que tiene un significado.

INGRATITUD:

En el curso de las negociaciones, siempre se puso de manifiesto la labor de Donnarumma en el club. Aunque, en gran parte, el ha de reconocer lo mucho que el club hizo de él lo que es hoy: Un jugador con mucho potencial. Talento que por sí solo no es suficiente, sin el cual no habría porteros de trayectoria ampliamente calificados como: Abate, Ragno, Bianchi y, por supuesto, Alfredo Magni, donde su talento no habría surgido con tanta claridad. Aún es difícil de creer que Gianluigi nunca pensó: Dejar al AC Milan sería como salir de una iglesia, en la que tú eres Dios y cada palabra en tu contra se consideraría, incluso, una blasfemia. Pero sabes que, cuando los creyentes entran al templo, siempre existe la posibilidad de que la fe se convierta en perdición. Fe en los colores de un club que siempre lo apoyó desde niño. La lógica diría que, tras la presión que ejercieron Mirabelli y Fassone, hoy se habría anunciado la renovación. Pero no fue así.

SEÑALES:

Su silencio, su cambio de actitud, el entorno en cada situación debió haberlo hecho reflexionar. Tras la entrevista con la revista GQ, lo demostró, no tanto por su contenido, sino por la dinámica. Como sucedió en 2006, con Andriy Shevchenko, quien le confió a la revista Vanity Fair su último arrebato como jugador del Milan. Analogías de dos cesiones dolorosas. En algunos casos, el silencio no es oro, pero hace más ruido que un concierto de heavy metal. "Era tu ex y se creia miss, quien te amenazaba, diciéndote: O los dejas a ellos o me dejas a mi... Cuantos de ellos nos han traicionado y, después de haberse aprovechado, nos dejan tirados...", como lo dice la canción "La dura Ley del Gol" del grupo, 883. En este caso, se impuso la dura ley de dinero.