MILAN-INTER :La Previa del Derby Della Madonnina
- Mauricio Milanista

- 19 nov 2016
- 3 Min. de lectura

La vigilia del derby en Milán es como la mesa de la vigilia de Navidad en el Duomo: una tradición con sus rituales. Los milanistas narran del 60 a Frey, de la parada de Abbiati sobre Kallon, de Steinar Nilsen que hizo gol a Pagliuca de falta y luego se tiró sobre la línea de banda. Los interistas empiezan con la liturgia de Berti, el penalty parado de Julio César a Ronaldinho, Beccalossi que insiste y pide perdón. Este en cambio es una versión gospel: la tradición mil veces visitada.


No se trata de contar los episodios históricos en 100 años de rivalidad, aquí hay que saber elegir. ¿Quiénes fueron los dos jugadores más decisivos desde siempre en un derby? ¿Valen más los goles de Van Basten o los de Weah? En la historia del Inter, ¿ha dado mayor fastidio Stankovic o Simeone? Cada uno tiene su respuesta, esta es la nuestra: para el Milan Sheva oro, Maldini plata, Nordahl bronce. Para el Inter, Meazza-Nyers-Milito. Y quien no esté de acuerdo, que proteste con garbo.
Los jugadores que han escrito la historia se superponen, hay que poner un orden: los dividimos por categorías, cada uno tiene un símbolo. Los primeros, los fenómenos, los campeones que se exaltan en los derbies. Símbolo: el Alfiler como Altobelli, 7 goles ante el Milan. Con él Sheva y el récord de goles, incluyendo el partido de vuelta de semifinales de Champions 2003, el partido más importante de siempre. Luego Maldini y Meazza. Nordahl y Milito. Bonisegna y Facchetti que decidieron Inter-Milan el primer día de austeridad, con el tráfico parado debido a la crisis del petróleo. Rivera y Ronaldo, R10 y R9. Demasiado fácil, a estos los conocemos todos.

Segunda categoría: los jugadores cultos del derby. Fuertes, pero en el derby algo más. El Milan tuvo a Gattuso, que contra el Inter tenía momentos a lo Rivaldo: en 2003, algo deescordinado, vagamente fuera de equilirio, creo la asistencia con la zurda para Kakà. Otro, Abbiati. En su web un día puso la clasificación de paradas: la primera, un rechace a remate de cabeza de Thiago Motta. Pero para los hinchas milanistas la parada clave fue la salida ante Kallon en el mismo partido de Champions 2003.
El Inter respondiócon Berti y Lorenzi. Nicola Berti en los derbies tenía la misma cara de duro multiplicada por diez. Su gol favorito queda el 31 de abril de 1995: tiro, el balón que lo rechaza el larguero, golpea en la espalda de Seba Rossi y acaba en gol. Sádica decisión. Recientemente, los prepartidos del derby: los que calentaban en el gimnasio y acababan a balonazos más o menos declarados. Objetivos favoritos: Baresi-Costacurta-Maldini. El más antimilanista que él, solo “venenoso” Lorenzi: la leyenda del limón puesto por debajo del balón, una genialidad para hacer que el penalty lo fallara Cucchiaroni, va pasando de generación en generación. Categoría aparte: Jimmy Greaves y su 1961: durante la semana multado por ir borracho, gol el domingo al Inter.
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Categoría para los apasionados de Quark: los antiguos derbies. El primero, en 1908, por la Copa Chiasso, un torneo en Suiza. Los jugadores fueron en tren, comiendo pan y salami, luego ganó el Milan. Personajes símbolo: Lana y Cevenini. Lana marcó en ese primer derby, en el primer Milan-Inter de liga y en el primer partido de la Selección Italiana. Hombre precoz. Cevenini iba y venía como un péndulo: Milan-Inter-Milan-Inter durante más de una década.
Ibra comparado con él es un hombre ordinario. Meazza, que lloró cuando le dijeron que se iba al Milan, alguien realmente fiel. Hasta aquí todo lo bonito, todo en orden. Pero el derby ciertos días tembló. En 1986, primer derby de Berlusconi, decidió Giuseppe Minaudo (19), sacado del banquillo del Inter. Broma de los interistas: “Va a salir ahora, 90º Minaudo”. Temblores (pero no por gusto). Años después alguno lo entrevistó: fue corredor de seguros en Brianza.
En el Milan el héroe por un día fue Gianni Comandini en 2001, donde la 9 rossonera no era una maldición. Era una promesa, fue un jugador largo de 90 minutos. El 11 de mayo se jugó un extraño derby, en una eclipsada temporada, donde el Inter acabó quinto y el Milan sexto. Pero ese día, 6-0 con los dos primeros goles de Gianni. Cuando dijo basta, nada de garantías: se hizo fotografiar con los auriculares, se convirtió en DJ. Para el domingo, si tuviera que existir un héroe así, exageremos: 1-0, Gustavo Gomez, o 0-1, con Alsaldi.
Fuente: La Gazzetta dello Sport





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